jueves, enero 23

Masters de Indian Wells 2024: Djokovic se hunde ante Nardi, el 123º del mundo | Tenis | Deportes

Volvió, vio y perdió. Un abrir y cerrar de ojos duró el paso de Novak Djokovic por Indian Wells, testigo esta madrugada de un episodio más que sorprendente. El número uno, que no competía en el desierto californiano desde 2019, cedió contra todo pronóstico frente al italiano Luca Nardi; uno que, poco menos, pasaba por allí. Absoluto desconocido. Jamás hubiera imaginado el 123º del mundo, 20 años y repescado a última hora por el torneo, que la vida le brindaría una oportunidad así, una campanada (6-4, 3-6 y 6-3 en 2h 22m) que desde ahora figura como una de las manchas históricas en la carrera del serbio. Hasta ahora, el sudafricano Kevin Anderson —Miami 2008, como 122º— era el verdugo del balcánico con el ranking más bajo en los grandes torneos. Ya había sufrido Nole en el estreno del domingo —cedió un parcial ante Alexander Vukic— y esta vez no pasó el corte: irreconocible, enfiló la salida rápido.

“Esta no es la mejor de las sensaciones. Caer tan pronto y especialmente aquí, donde no jugaba desde hacía tanto tiempo… Quizá es porque hace casi dos meses que no juego, o porque hacía mucho que no jugaba aquí”, intentaba razonar el de Belgrado, que oficialmente ha comenzado el curso cuesta arriba. Cayó en enero en su guarida australiana —semifinales, frente a otro italiano, Jannik Sinner— y en su reaparición, un golpe mayor. “Le felicito. No sabía mucho de él, pero le había visto jugar. Tiene calidad desde el fondo, sobre todo con la derecha, y se mueve bien. No tenía nada que perder”, proseguía. “Pero estoy muy sorprendido con mi nivel. Fue muy malo. Tiene talento, pero le he ayudado a jugar bien. Se han juntado las dos cosas: él ha tenido un gran día, y yo uno muy malo. He cometido errores graves y en el tercer set he sido muy defensivo, no ha ido a por la bola. Ha sido una actuación muy pobre por mi parte”, se afeaba el rey del circuito.

Djokovic volvió a escena de la misma forma que la abandonó hace mes y medio, cuando perdió contra Sinner. Entonces podía encontrar justificación en la magnitud del rival, pero aquella tarde en Melbourne también propuso una versión inanimada y sin mordiente. Ganador de tres grandes el curso pasado, líder incontestable del circuito —1.715 puntos de renta sobre el virtual perseguidor, Sinner, y 1.820 sobre el murciano Carlos Alcaraz— y coleccionista de récords y más récords, no ha emprendido bien este 2024 y el presente le exige un golpe de timón. “Aún no he ganado ningún título este año, y no es algo a lo que esté habituado. Pero esto es parte del deporte. Debes aceptarlo. Espero romper esta racha negativa”, comentó después de ofrecer un rendimiento de mínimos, a remolque la mayor parte del duelo y extrañamente errático al resto, su especialidad. Obligado a apagar fuegos todo el rato ante un adversario que se creció.

“Creo que hasta hoy, nadie me conocía. Espero que el público haya disfrutado”, apuntaba feliz Nardi, que en la previó perdió contra David Goffin y luego, por una de esas carambolas, fue repescado para completar el cuadro principal del torneo. Él es, en concreto, el sexto jugador fuera del top-100 que bate a un número uno en la historia de los Masters 1000 —categoría creada en 1990, la segunda en importancia tras los majors—; otro de esos jóvenes que creció admirando al balcánico, de quien tiene un póster en su habitación. “Creo que es un milagro, tengo 20 años y no sé cómo he controlado los nervios. Le he ganado a Novak, esto es una locura”, procesa el joven italiano, que hasta ahora solo había logrado tres triunfos en el circuito de la ATP, ninguno esta temporada. Pocos indicios sobre él, producto de la prolífica cantera de su país, aunque en noviembre del curso pasado logró el acceso a la Copa de Maestros de las promesas y en el único pulso contra un top-10 que había disputado hasta ahora, le forzó a Stefanos Tsitsipas (Astana 2022) a un doble desempate.

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