El aumento constante en los precios de los alimentos está afectando significativamente a los hogares estadounidenses. Según la Oficina de Estadísticas Laborales, el costo de los alimentos aumentó un 2,2 % en julio respecto al año anterior. Este incremento ha generado preocupación y estrés financiero para más del 80 % de los adultos en Estados Unidos, quienes citan el gasto en alimentos como su principal fuente de presión económica, según una encuesta reciente del Centro de Investigación de Asuntos Públicos Associated Press-NORC. Productos como la carne vacuna y el café han visto aumentos notables debido a problemas de suministro y al impacto de los aranceles, generando mayor atención en las decisiones de compra de los consumidores.
Modificar costumbres de compra: adquirir en rebajas y congelar
Una de las estrategias más efectivas para reducir el gasto en alimentos es aprovechar las ofertas y promociones en productos perecederos, como la carne. El presidente de Stew Leonard’s Grocery Stores, Stew Leonard Jr., destaca que los consumidores se han acostumbrado a comprar productos en rebaja y luego congelarlos para consumirlos más tarde, práctica que se popularizó durante la pandemia.
Congelar alimentos frescos permite prolongar la vida útil de las rebajas y planificar compras de manera estratégica. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) recomienda almacenar los alimentos congelados a una temperatura constante de -18 °C, asegurando que se mantengan frescos y seguros para el consumo.
Cupones digitales y aplicaciones de fidelización
El uso de aplicaciones móviles de tiendas de comestibles se ha convertido en una herramienta clave para los compradores conscientes de los precios. Estas apps ofrecen ofertas exclusivas, descuentos y puntos de fidelidad que se pueden canjear por productos gratuitos como helados o cafés.
De acuerdo con la Asociación de la Industria Alimentaria, el 54 % de los consumidores en línea han recurrido a aplicaciones de tiendas para organizar sus compras, lo que refleja un movimiento hacia estrategias de adquisición más informadas y premeditadas.
Optar por marcas de la tienda
Otra manera de reducir gastos es elegir marcas propias o marcas blancas, que suelen ser más económicas que las marcas nacionales. Esta tendencia se ha reflejado en las ventas de gigantes minoristas como Walmart y Kroger, donde la demanda de marcas propias sigue en aumento pese a los altos precios generales de los alimentos.
En Stew Leonard’s, los consumidores han incrementado la compra de marcas de la tienda, atraídos por su relación calidad-precio. Leonard enfatiza que estas marcas no comprometen la calidad y representan una alternativa confiable para los hogares que buscan reducir costos sin sacrificar el valor nutricional de los alimentos.
Hacerlo tú mismo: frutas y verduras frescas
Comprar frutas y verduras enteras y prepararlas en casa es una estrategia efectiva para ahorrar. Los productos precortados, aunque prácticos, tienen un costo significativamente mayor. Según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales, las verduras frescas en julio eran ligeramente más baratas que el año anterior, mientras que las frutas solo han subido un 1,3 %. En comparación, la carne ha aumentado un 5,8 %.
Leonard menciona que cocinar en el hogar no solo disminuye los costos, sino que también ofrece más control sobre la calidad y frescura de los productos ingeridos.
Proyecciones para el futuro cercano
A pesar de que algunas cadenas de supermercados han logrado mantener estables sus precios gracias a existencias acumuladas antes de la implementación de aranceles, Leonard advierte que la situación podría cambiar en los próximos meses. La temporada de fiestas podría marcar un punto crítico en la determinación de los precios finales de los alimentos.
“Operamos con limitados márgenes. Las personas necesitan alimentarse, por lo tanto, siempre existirán transacciones, aunque las ganancias sean mínimas”, declara Leonard, subrayando la importancia de adoptar tácticas de adquisición efectivas para afrontar el incremento de los costos sin afectar la calidad de los artículos.
Con la combinación de compra en oferta y congelación, uso de cupones digitales, elección de marcas de tienda y preparación de alimentos en casa, las familias pueden reducir significativamente el impacto del aumento de precios en sus presupuestos. Estas prácticas permiten planificar mejor las compras y garantizar que la alimentación siga siendo accesible y de calidad, incluso en un contexto económico desafiante.