La magistrada del Juzgado de Instrucción 15 de Barcelona ha procesado este lunes al futbolista Daniel Alves al concluir que hay suficientes indicios para enviarlo a juicio por un delito de agresión sexual con acceso carnal a una joven de 23 años en la discoteca Sutton de Barcelona el pasado 30 de diciembre, y le ha citado este miércoles para comunicárselo. La jueza también le ha impuesto una fianza de 150.000 euros para cubrir una eventual indemnización a la víctima, con la advertencia de que si no la abona en un plazo de 24 horas, procederá a embargar sus bienes en la cantidad suficiente para cubrirla.
Alves está en prisión provisional desde el 20 de enero y, desde entonces, su defensa ha pedido en varias ocasiones que salga en libertad, algo que tanto la instructora como la Audiencia de Barcelona han desestimado, de manera que el miércoles llegará al juzgado conducido por los Mossos d’Esquadra desde la cárcel de Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona).
En la última ocasión que la Audiencia de Barcelona negó dejarlo en libertad provisional, este junio, los jueces concluyeron que ninguna de las maniobras que había impulsado el exjugador del Barça (una nueva declaración, el análisis de las cámaras de seguridad, el empadronamiento de sus hijos) servían para dejarlo en libertad. De hecho, según el auto que lo mantuvo en prisión, los indicios recopilados por los Mossos d’Esquadra, en especial las huellas halladas en los lavabos de la zona VIP, “no solo no desvirtúan, sino que confirman” el relato de la víctima.
En su escrito de este lunes, la magistrada afirma que, de las investigaciones realizadas durante la instrucción, existen “indicios racionales suficientes” para “suponer” que Alves estuvo bailando con la víctima y que en dos ocasiones, el exfutbolista le agarró la mano y la colocó en su área genital, a lo que la chica rechazó ambas veces. Más tarde, desde la puerta que conducía a un pequeño lavabo de uso exclusivo para la zona VIP, Alves llamó a la chica y, cuando esta se acercó, la forzó con fuerza, a pesar de que la víctima le pedía que se detuviera, la dejara salir y le permitiera irse.
A pesar de las súplicas de la víctima, según la jueza, Alves hizo caso omiso, le levantó el vestido, la hizo sentarse sobre él, la agarró por la parte posterior de la cabeza y la tiró al suelo, causándole una herida en la rodilla. Intentó que le practicara una felación, aunque no tuvo éxito, lo que “enfureció” al futbolista. Ante esta situación, según detalla la magistrada, el exinternacional brasileño le dio “varias bofetadas” a la víctima en la cara, la colocó de espaldas contra el pequeño lavamanos, frotó su pene contra su cuerpo y finalmente la penetró “de manera violenta”.
Después de la violación, según la jueza, la chica intentó salir del lavabo, pero Alves no se lo permitió. El exfutbolista salió primero y luego ella. Finalmente, cuando la chica logró salir, se encontró con su prima en una mesa, que la vio con “muy mala cara”. En ese momento, le contó lo sucedido, según el auto. La juez subraya que desde que salió del lavabo, Alves no se dirigió nuevamente a la víctima y cuando se fue de la discoteca con un amigo y se cruzó con la joven, no le habló.
Durante la investigación del caso, el exjugador del FC Barcelona ha presentado hasta cuatro versiones diferentes sobre lo que ocurrió en el baño de la discoteca. Después de su detención en enero pasado, inicialmente afirmó que no conocía a la víctima. Luego, admitió que coincidió con la joven en el baño de la discoteca, pero aseguró que no sucedió nada entre ellos. Finalmente, cuando la jueza confrontó sus explicaciones con las pruebas biológicas, sostuvo que la chica le había practicado una felación de forma consensuada.
En abril pasado, después de que se conocieran los resultados de las pruebas biológicas que encontraron restos de semen de Alves en las partes íntimas de la víctima, el futbolista volvió a declarar ante la instructora por su propia solicitud. En esta ocasión, admitió por primera vez que había mantenido relaciones sexuales consentidas con la víctima por vía vaginal y alegó que había mentido en un principio para ocultar su infidelidad a su esposa.